Sira Abed Rego, Ministra de Juventud e Infancia
Hace muy poco, el pasado día 8 de los corrientes, apareció una noticia en el diario El Periódico de Cataluña relacionada con un caso que desde hace varios años tiene notoria repercusión social en España, el caso conocido como Rivas/Arcuri por el apellido de sus protagonistas en litigios judiciales, seguidos en España y en Italia, motivado eminentemente por la disputa por la guarda y custodia de los dos hijos comunes.
No voy a dedicar las líneas que siguen al caso en sí mismo sino a las repercusiones a las que he aludido, específicamente a las más recientes manifestaciones, emitidas a través de la red social X por la titular del Ministerio de Juventud e Infancia, las que vienen a ser una más que añadir a la tendencia de conspicuos gobernantes, y políticos en general, en un afán por sobresalir sirviéndose de ofrecer opiniones al gusto del gran público.

Como acabo de anotar, no estamos ante una exclusividad de la ministra Rego, pues entre esos conspicuos emisores de opinión hemos tenido al propio M. Rajoy, presidente de gobierno cuando comienza a ser difundido el contencioso, a Susana Díaz, presidenta de la Comunidad Autónoma de Andalucía también por aquel entonces; luego, en el siguiente gobierno de España, tuvimos a Dolores Delgado, Ministra de Justicia; por citar sólo algunos ejemplos, a los que habría de agregarse un sinnúmero de periodistas, comentaristas, tertulianos, incluso «famosos» y «famosas» de diferentes ámbitos y procedencias. La postura general ha sido la de tomar partido por Juana Rivas, en contra de Francesco Arcuri. Pocos difusores de opinión mantuvieron una prudente imparcialidad en medio del lema o consigna «Juana, hermana, yo sí te creo» o «Juana está en mi casa».
Pero, como he dicho al inicio, me ceñiré a las recientes expresiones de la Ministra Sira Rego. Ésta, según ha afirmado en su cuenta en X, ha estado «en contacto con la representación legal de la familia de Juana Rivas» para hacer todo lo que esté a su alcance a fin de «asegurar el derecho de Daniel – el hijo menor – a ser oído y protegido». Ahora bien, las manifestaciones que considero especialmente graves vienen cuando añade «He oído a Daniel, hijo de Juana Rivas, decir que muchas veces piensa que se morirá. Su testimonio es desgarrador».
En primer lugar, nos hallamos frente a un muy buen ejemplo de cómo no debe actuar un gobierno, interfiriendo en un asunto sub judice, un asunto judicial en trámite respecto al que, además, se expresa haciendo alarde de su intromisión, pues dice que se va a asegurar de que Daniel sea «oído y protegido», deslizando así desconfianza hacia el órgano judicial que conoce el contencioso. Uno no puede menos que recomendarle a la Sra. Ministra que lea, aunque sea un resumen, pues estará muy ocupada extendiendo sus competencias, «Las Leyes», de M. T. Cicerón, y «El Espíritu de las Leyes», de C. Montesquieu, para educarse en materia de poderes del Estado, división de poderes y abuso de poder.
En segundo lugar, pero lo más grave, de cómo una ministra, Sra. Rego, hace pública ostentación de su comunicación con un niño, Daniel Arcuri, revelando el contenido de ésta, algo que, según ella, ese niño le dijo acerca de la situación que está viviendo y de sus sentimientos, divulgando así y de esta manera unas manifestaciones del ámbito más íntimo de Daniel y del conflicto entre sus padres, conflicto éste del que él, siendo víctima, ahora, con la intromisión y la divulgación, es víctima también de una ministra.
Marco Rodríguez-Farge Ricetti Abogado
Molt Bon escrit Marco!!!
Totalment d’ acord…
Los comentarios analizados de la ministra a mí no me sorprendieron. No son más que una manifestación más del nivel de nuestros actuales políticos. Sí me sorprendería que alguno de ellos mencionase la división de poderes y el respeto a las competencias de cada uno de ellos. En estos tiempos, eso sí sería una novedad.